Relatos

Mujer Gallera: Respeto Al Valor, Pasión Y La Tradición Entre Ella

En el mundo gallístico, donde el coraje y la pasión se respiran en cada gallera, hay una presencia que por años ha sido ignorada, silenciada o simplemente invisibilizada: la de la mujer gallera. Sí, esa mujer que no solo observa desde las gradas, sino que mete las manos en la jaula, que prepara el alimento, que cura, entrena, enseña, y también sueña.

La Mujer Gallera Presente en el Ruedo, Invisibilizada en el Relato

La Mujer Gallera: Presente en el Ruedo, Invisibilizada en el Relato

Esta no es una historia nueva, pero sí una que ha sido muchas veces contada desde la mirada equivocada. Hoy, desde Puerto Rico para el mundo entero, es momento de levantar la voz por ellas, por nosotras, por todas las que sienten en el pecho el amor real por la tradición gallística.

Pasión, Orgullo y Barreras: La Realidad que Viven en el Mundo Gallístico

Las mujeres galleras no están aquí por moda ni por capricho. Están aquí por pasión, por herencia, por orgullo. Muchas crecieron viendo a sus padres o abuelos criar gallos, limpiar jaulas, preparar reñideros. Y lejos de alejarse, decidieron aprender, comprometerse y aportar. Porque en cada mujer gallera hay una historia de lucha, entrega y amor a una cultura que corre por sus venas.

“Una mujer gallera no nace para adornar el gallinero, nace para honrarlo con pasión, entrega y coraje.”Mundogallistico.net

Sin embargo, no todo ha sido respeto ni reconocimiento. El machismo dentro del ambiente gallístico ha sido una barrera constante. Hay quienes todavía se atreven a decir que este “no es lugar para mujeres”, como si el amor por la tradición tuviera género. El mundo gallístico necesita evolucionar, no en su esencia, sino en su visión y respeto hacia quienes también la representan con dignidad: las mujeres.

El gallinero también es de ellas

Una mujer gallera no es una curiosidad ni una excepción. Es una figura esencial que ha existido desde siempre, aunque muchas veces desde la sombra. Hoy, más que nunca, están al frente. Criando líneas, participando en asociaciones, organizando eventos, dirigiendo criaderos, y sí, ganando en el ruedo.

Desde campos de Peñuelas hasta pueblos en República Dominicana, México o Colombia, las mujeres galleras han demostrado su capacidad, su temple y su entrega. Son ellas quienes a diario se levantan a preparar la comida para sus gallos, revisar su salud, limpiar las jaulas, atender nacimientos y entrenamientos. Y todo esto lo hacen mientras enfrentan comentarios que intentan minimizar su rol, simplemente por ser mujeres.

El machismo en el mundo gallístico: una realidad que hay que enfrentar

No podemos seguir ignorando las actitudes machistas que persisten en nuestro entorno. ¿Cuántas veces una mujer ha tenido que demostrar el triple para ser tomada en serio dentro de una gallera? ¿Cuántas veces se les ha negado la voz o la oportunidad de participar en decisiones importantes, simplemente por no ser “uno de los muchachos”?

Este machismo no solo es injusto, es absurdo. Porque el respeto dentro del mundo gallístico no se debe dar por género, sino por conocimiento, dedicación y resultados. Y si algo han demostrado las mujeres es que tienen todo eso de sobra.

La lucha de la mujer gallera no es por figurar, es por justicia. Porque si crían gallos, si invierten, si ganan, si respetan la tradición. Merecen el mismo trato, la misma visibilidad y el mismo reconocimiento que cualquier hombre. El amor al gallo no se mide en testosterona, se mide en entrega diaria. En noches sin dormir cuidando una línea, en lágrimas por una pérdida, en orgullo por una victoria.

Mujeres que inspiran

Hay mujeres que han roto esquemas, que han callado bocas y que han abierto puertas. Mujeres que hoy son líderes de asociaciones, entrenadoras reconocidas, jueces gallísticos o campeonas en peleas importantes. Son modelos a seguir para otras jóvenes que vienen subiendo, que sienten ese mismo amor por los gallos y que necesitan ver que sí es posible.

Pero no todas las mujeres quieren reconocimiento. Muchas solo quieren respeto. Respeto cuando entran a una gallera, respeto cuando opinan, cuando enseñan, cuando comparten. Que no se les mire con morbo ni con desprecio. Sino con la admiración que se le debe a cualquiera que ame y defienda esta tradición.

La nueva generación gallera debe ser libre de prejuicios

La nueva generación gallera debe ser libre de prejuicios

Si queremos que la tradición gallística sobreviva y se fortalezca, debemos abrirle espacio a todos los que la aman, sin importar su género. Enseñémosle a los jóvenes que el respeto y la pasión no se heredan solo por sangre, sino también por ejemplo. Y el ejemplo empieza por reconocer que la mujer gallera tiene el mismo derecho de existir, brillar y crecer dentro de este mundo que tanto amamos.

Apoyemos a las mujeres que ya están dentro y motivemos a las que aún dudan. Rompamos el estereotipo de que este es un ambiente solo para hombres. La pasión gallística no discrimina. Y nosotros tampoco deberíamos.

Desde Puerto Rico para el mundo entero

En Puerto Rico, la gallística es parte de nuestra cultura, de nuestra identidad. Y nuestras mujeres han sido fundamentales en mantenerla viva, aunque no siempre se les haya reconocido. Hoy, desde este rincón del Caribe, queremos decirle al mundo que la mujer gallera llegó para quedarse. Que no están pidiendo permiso, sino exigiendo el respeto que merecen.

Desde Mundogallistico.net levantamos la voz en apoyo a todas esas mujeres valientes, apasionadas y fuertes que se dedican a este mundo con el mismo o mayor amor que cualquier hombre. Que crían, entrenan, educan, comparten y, sobre todo, respetan la tradición. Porque la tradición gallística también es de ellas.

Y a esos hombres que todavía piensan que “esto no es para mujeres”, les decimos con firmeza: sí lo es, y lo ha sido siempre. El problema es que no lo querían ver.

Conclusión

La tradición gallística es una herencia cultural profunda que se defiende con orgullo en cada rincón del mundo. Pero esa defensa no puede ser completa si se excluye, ignora o menosprecia la participación de la mujer. La mujer gallera ha demostrado con hechos que su lugar en el gallinero es legítimo, valioso y necesario. No se trata de inclusión simbólica, sino de reconocimiento real por una labor que ha estado presente desde siempre.

Desde Puerto Rico para el mundo entero, levantamos la voz por esas manos que cargan alimento, que limpian jaulas, que entrenan gallos y que también construyen legado. El respeto hacia la mujer gallera no es una opción, es una deuda histórica que el mundo gallístico debe saldar.

Que se escuche claro en cada gallera, en cada competencia, en cada conversación: la tradición también es femenina, también es de ellas, y también merece respeto

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